miércoles, 15 de junio de 2011

El Maní

HISTORIA DEL MANÍ

Se cree que el maní es originario de Sudamérica. En efecto, fue cultivado por los indígenas durante siglos antes de que los europeos lo encontraran en 1500. Los aborígenes peruanos lo utilizaban como moneda, fuente medicinal y símbolo de estatus, además de alimento.

Los nativos de este último continente pronto adoptaron esta asombrosa planta y la extendieron por toda la región. Por sus notables atributos nutricionales, el maní se transformó en uno de los alimentos más tradicionales para muchos pueblos africanos.

En el siglo XVIII fue llevado a America del Norte por los esclavos. Sin duda fueron éstos quienes popularizaron el maní en Norteamérica hasta transformarlo en un producto infaltable de la cocina estadounidense.

La influencia africana en las costumbres y la agricultura de la Unión llevó en 1903 al químico George Washington Carver a estudiar las particularidades de esta legumbre en el Tuskeegee Institute.

Sus investigaciones mejoraron el manejo del cultivo y le permitieron desarrollar más de 300 usos para el maní, incluyendo una pomada para calzado y el desarrollo de una crema de afeitar.

ORIGEN

A. hypogaea ha sido cultivada para el aprovechamiento de sus semillas desde hace 8000 o 7000 años.
Esta especie pertenece a la familia de las leguminosas, se cultivó por primera vez en la zona andina costeña de Perú, según los restos arqueológicos de Pachacámac  y del Señor de Sipán en Perú. Los incas extendieron su cultivo a otras regiones de Sudamérica y los colonizadores lo hicieron en Europa y el continente africano. El estudioso afroamericano George Washington Carver lo propuso para la industria.

En la actualidad su cultivo se ha extendido ampliamente por regiones de Asia y África

CARACTERISTICAS
Es una planta fibrosa, originaria de América y llega a medir de 30 a 50 cm de altura. Los frutos crecen bajo el suelo, dentro de una vaina leñosa redondeada que contiene de una a cinco semillas. Al ser su fruto una cascara leñosa sin pulpa se lo considera un tipo de fruto seco.

CULTIVO

Se siembra a finales de primavera, y se recolecta a finales de otoño. Su cultivo se viene realizando desde épocas remotas, así los pueblos indígenas lo cultivaron, tal y como queda reflejado en los descubrimientos arqueológicos realizados en Pachacamac y otras regiones del Perú. Allí se hallaron representaciones del maní en piezas de alfarería y vasijas. En África se difundió con rapidez, siendo esta legumbre un alimento básico en la dieta de numerosos países, razón por la cual algunos autores sitúan erróneamente el origen del maní en este continente. Las cáscaras, obtenidas como subproducto, se emplean como combustible.

Un detalle fascinante de la planta del maní es que las flores, luego de la polinización, se hunden en el suelo y el fruto, el maní o cacahuate (una legumbre indehiscente) se desarrolla subterráneamente.

Hoy en día, los principales países de cultivo son China y la India, donde se utiliza sobre todo como materia prima para la producción de "aceite de cacahuete".

FERTILIZACIÓN

Aunque el maní es una leguminosa y por lo tanto posee la facultad de incorporar nitrógeno atmosférico al suelo, se recomienda aplicar de 10 a 20 Kg de nitrógeno por hectárea para el establecimiento. Pueden usarse fórmulas altas en fósforo ya que sus necesidades son de 15 a 40 kg/Ha. Una aplicación fuerte de potasio puede causar disminución del rendimiento
PLAGAS
Entre las plagas más importantes que se han detectado causando daño económicos en el maní, se encuentran:
·         Taladrador del Cuello del maní: Elasmopalpus lignosellus. (Zeller)
·         Cortadores o Rosquillas: Feltia subterránea y Agrotis repleta (F.)
·         Cogollero del maíz: Spodoptera frugiperda. Lepidoptera, Noctuidae. (S&A)
·         Gusano de la mazorca: Heliothis zea. Lepidoptera, Noctuidae (Bodie)
BENEFICIOS
Científicos descubrieron que esta oleaginosa es buena para la salud por sus propiedades antioxidantes. Es económica y contiene importantes vitaminas y minerales; 50 gramos aportan al organismo el 24% de las proteínas necesarias y reducen el colesterol en la sangre. 
Es altamente rico en antioxidantes necesarios para proteger al organismo de padecimientos asociados a las enfermedades coronarias o al cáncer.
Contiene altos niveles de proteínas y de grasas monoinsaturadas, que tienden a reducir el colesterol en la sangre. 
Con pequeñas cantidades de esta oleaginosa el organismo obtiene casi la mitad de las 13 vitaminas que requiere el organismo, como la E, B1, B2, B3 y B6. Los nutricionistas recomiendan consumir diariamente 50 gramos de maní, cantidad que aporta al organismo el 24% de las proteínas requeridas. 

También contiene minerales muy importantes para el cuerpo. Entre los más significativos están el potasio, sodio, hierro, calcio, magnesio, flúor, zinc, cobre y selenio, porque colaboran en la conformación ósea, funciones del cerebro, formación de dientes sanos, y principalmente en la prevención de agentes anticancerígenos.
 
Los nutricionistas afirman que la carga protéica del maní produce sensación de saciedad, por lo que lo recomiendan en las dietas. Además, contiene grasas insaturadas que son fuente importante de vitaminas liposolubles. 

A su vez la riboflavina lo hace útil en los procesos de respiración de la células de la piel, las uñas y el cabello, y la niacina (vitamina B3) lo convierte en un ingrediente vital para el fortalecimiento muscular. 

Esto sin contar que contiene vitamina A y E, por lo que se le atribuyen funciones antioxidantes y de regeneración celular. 

El maní es una fuente indiscutible de minerales, en especial calcio, fósforo y magnesio, vitales para el crecimiento y desarrollo osteomuscular. Especialmente rico en fósforo, pues una porción de 50 gramos aporta el 13.6% del requerimiento diario de este mineral y también aporta hierro en un 100% de las necisadades diarias. 

De ahí que se le considere una alternativa saludable para personas con anemia o convalecientes y para mujeres embarazadas. 

Aunque no en gran proporción también contiene fibra (tres gramos por cada cien), importante para las funciones digestivas y el barrido del colesterol LDL(malo).
 

COMPOSICIÓN

Vitaminas: Contiene vitaminas E, B1, B2, B3 y B6, además de folatos, fundamentales en la formación del tubo neural de los embriones.
Fibra: Mejora la digestión y reduce el colesterol que obstruye las venas y las arterias.
Minerales: Potasio, sodio, hierro, calcio, magnesio, flúor, zinc, cobre y selenio.
Grasas insaturadas: Ácido oleico y linoleico, benéficas para la salud cardiovascular y el funcionamiento del cerebro.

PARA PREVENIR

De su composición nutricional se puede concluir que el maní contribuye a la prevención de males como osteoporosis y los calambres, afirman los expertos. 

Este alimento que crece en pequeñas vainas bajo la tierra (por eso se llama nuez de tierra) puede ser tambien un ingrediente regulador en la dieta de las personas con diabetes o hipoglicemia. 
Puede tambien usarse en pacientes dislipidémicos, con desórdenes en los niveles de grasas y el colesterol aumentado. 
Contraindicaciones
No se recomienda la ingesta de maní a niños menores de 3 años, ya que pueden presentar ardor estomacal y en la garganta, además de irritaciones cutáneas en las cercanías de la boca.
Puede provocar alergias en las personas. Estos casos están caracterizados por irritación y dolores en el estómago, en algunas ocasiones con diarreas y vómitos.
El maní está contraindicado para aquellas personas que se encuentren con dolores estomacales y diarreas, ya que es posible que genere un aumento de estos síntomas.


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